Tal vez quería que llegara el momento, tal vez no. No podía ser
cobarde, tenía que aceptar una revancha, recuperar el orgullo y la dignidad que
nos quitaron, mirar sus ojos de necesidad, la necesidad del resultado. No soy
yo la que se pone los guayos, pero sí la que uniforma el corazón. Es un
sentimiento inevitable, adictivo, eufórico. Esa, es la pasión rojiblanca.
Hace mucho no escribía en el blog, precisamente desde aquel partido de
Junior y Nacional en la “Super liga”. Eran voces que obligaron mis manos a
poner unas cuantas letras acá, confesando mis íntimos sentimientos.
Dentro de cuatro paredes, me acompañaba la soledad, que es
la única que se aguanta mis gritos y los insultos a la pantalla, que por cierto
no tiene la culpa de nada. Otro de los que no pueden faltar: el Twitter, amigo
en el que confío y que me traiciona a la vez. Le cuento las cosas, y se las
dice a los demás. A este amigo le contaba cada sentimiento que me inundaba
cuando Junior estaba cerquita del arco contrario.
Junior es el Don Juan que las mujeres detestamos: ilusiona,
enamora, conquista, y luego te deja sufriendo, sin escrúpulos. Eso sucedía cada
vez que tenían una llegada, cada vez que perdían el balón -porque muchas las
entregaron mal- , cuando no la recuperaba,
era un sufrimiento tenaz. Junior me quita la ataraxia.
En el momento en que Imer Machado pitó el penal, vino a mi
mente aquel día que estaba en el Metropolitano, uniendo mi voz, a la única que en el metro
derrumbaba diferencias en estrato social, religión y política de los
barranquilleros. La única voz era Junior del Alma. Muchas escenas del partido ante Nacional por la 16ª fecha de Liga eran parecidas a esa película ante el Once Caldas: Las atajadas
de Sebastián Viera, Imer Machado como central, y la hinchada alentando a su
equipo de sus entrañas.
Penal, el cual tengo algunas dudas. Por lo pronto, Macnelly metió el gol, busqué un
pañuelo. Lo invalidaron, me tranquilicé. Viera lo tapó, hice fiesta. Sencillo
.
En el segundo tiempo, después del pase de Giovanni Hernández,
ver el golazo de Iván Vélez, era una alegría inmensa, de ahí en adelante no quería
ni ver el partido, el tiempo pasaba muy lento.
Por último, Viera: Eres Enorme; Dayro: eres un crack; Teo:
haces falta pero no eres indispensable; Gio: Siempre ídolo, Vladimir: Actitud y
ganas. Son mis favoritos, aportan demasiado, aunque la colectividad del equipo
hace maravillas.
Bueno, no hemos ganado nada, tengamos paciencia y
prudencia. Como amante a mi equipo solo
pido la octava –solo eso- para celebrar en la 84. ¿Quièn se apunta?
Julieth Gonzalez Theran
@JULIETHCGT
Foto: @Futbolred